EN CADA GRIETA QUE ATRAVIESA MI CORTEZA , HAY UNA HISTORIA. EN CADA VEREDA QUE EN MI REPOSA , UNA OPORTUNIDAD. EN CADA GOTA DE AGUA QUE DE MI MANA , UNA EMOCIÓN. EN CADA VIENTO QUE ME ACARICIA , UN AMANTE. EN CADA CATACLISMO QUE ME ENFURECE , UN AMANECER. EN CADA NOCHE HAY UN DÍA , Y EN CADA TIERRA UNA EDAD.

jueves, julio 27, 2006

¡PARE! YO ME BAJO AQUÍ.



Tal parece que está escrito en mi destino, que yo y los autobuses no tenemos una buena relación.

Por "h" o por "b", a mi siempre me toca el bus de los city tours. En Santander me corresponde el nueve, a quien yo llamo el bus fantasma porque nunca se sabe cuando pasa. Una lo espera y lo espera...y cuando el desgraciado aparece, ya has enraizado en la tierra. Y si tienes suerte, no mermas un centímetro fruto de la congelación. Para que vamos a engañarnos, estamos en el Norte y hace frío en invierno.

En Miami, el bus que lleva mis huesos hasta el College, es el 27. Por fortuna para mi, la parada sólo está a cinco minutos de la casa. Así que en cuanto son las 4:30pm, servidora, con una puntualidad inusual, sale de su cutreduplex y espera, pacientemente, bajo un sol de justicia y la agradable temperatura de 40º, a que la carroza municipal pase a recogerla.

Una vez instalada, comienzo mi períplo de una hora hasta mi destino. A estas alturas de viajes, ya me han llevado desde Fernando Alonso hasta Fitipaldi, pasando por Carlos Sainz. Como sabeis, todos ellos virtuosos del volante. Pero hay un detalle que los originales no hacen, y es poner a un colectivo de viajeros a bailar "Paquito el chocolatero". Es genial. Tú te subes y comienza el pasodoble:

Paquito...el Chocolateroooo

Paquito...tarararararaa

Paparaparachammm

Freno. Todo el mundo hacia delante. JE, JE, JE, JE...

Acelero: Todo el mundo hacia atrás. JE, JE, JE, JE....

Y vuelta a empezar. Asi durante una hora. Bien sabe Dios, que a mi me parece muy gracioso bailar la canción de Paquito en todas las bodas y demás pachangas a las que voy. Pero por caridad, no resisto un envite más. Mi cuello padece, mi espalda se lamenta y mis huesos suenan como castañuelas de dolor. Hasta tal punto he llegado, que tengo complejo de Muro de las Lamentaciones.

Pero una cosa es cierta, estos días de viajes me han ayudado a comprender la alegría de Colón al descubrir América. Me explico. Cerca del College, hay una gasolinera de la Shell que es para mi, lo que Rodrigo de Triana fue para Colón: el grito de ¡TIERRA A LA VISTA! y el fin de sus quebrantos.

Otra de esas rarezas del recorrido, es el paisaje.Pasamos por la zona más fea de todo Miami. Esa que no ponen en los folletos turísticos por obvias razones. Y para colmo, todos, pero todos los días, nos toca tren. Se bajan las vallas y a mirar. El martes nos tocó ver cajas de camiones, el miércoles, materiales de construcción, el jueves no nos dejaron verlo (aguafiestas) y el viernes, nuevamente, material de construcción.

Lo bueno de todo, es que no voy a tener que volver a subirme al 27 por un largo tiempo. Se han acabado las clases y con ellas, los paseos en bus. A todos aquellos que me evitaron los sinsabores del transporte urbano en Miami y en Santander, GRACIAS.

Pero si una se pone a comparar el 9 de Santander con el 27 de Miami...Uffff. Prefiero el 9. Más que nada porque tarda un cuarto de hora menos y tiene mejores vistas.

domingo, julio 23, 2006

EL LADRÓN DE PERROS

Si no lo veo, no lo creo. La delincuencia en Miami es, o de lo más violento, o de lo más estrambótico. Para que comprendais mi estupefacción, pondré un ejemplo.

Lo vi en las noticias de las once: mi fuente de comprensión del american way of live. Juro que le estoy agarrando el gusto a esto del telediario. Cualquier parecido con el de Milá, pura coincidencia. El de nuestro Lorenzo es demasiado sesudo y serio.

Una de las noticias del día era la historia de un peculiar ladrón. Las imágenes del hurto habían sido captadas por las cámaras de seguridad de la tienda donde ocurrió. En ellas, un cincuentón entraba en una tienda de animales y se paseaba disimuladamente. De pronto, agarraba un cachorro de perro y lo escondía en sus pantalones. Sí, sí, ahí mismito. El tipo muy discretamente miraba a uno y otro lado con cara de yo no fuí y se las piraba.

Actualmente, engrosa el listado de los delincuentes más buscados de Florida y las protectoras de animales distribuyen su foto con la esperanza de rescatar al pobre perro. ¿Qué le vamos a hacer? De ilusiones vive el hombre. No voy a ser yo, la cruel desalmada que les diga que den por perdido al animal. Porque si tenemos que ser realistas, dudo mucho que viviese cuando llegó a la salida. Imaginaos. El cachorro venga a moverse y él, inmovilizándolo. ¡De película de terror! Más le hubiera valido estudiar el modus operandi de nuestro Dioni. Seguro que hubiese obtenido mejores resultados.

En fin, lo dicho, que la delincuencia en Miami no hay quien la entienda. ¡Si Robin Hood o Al Capone levantasen la cabeza...!

sábado, julio 22, 2006

LOS REYES MAGOS



Ayer deambulamos por la casa como ánimas en pena. Era nuestro tercer día sin TV y para ayudar, el día amaneció lluvioso. Para no faltar a la realidad, no llovía, diluviaba. Y nosotras aquí. Sin poder salir a la calle. Sin poder matar el aburrimiento. Calculando el momento en que podrímos realizar nuestro gran proyecto del día: hacer la compra en el supermercado.

Como vereis el plan era fascinante. Y en honor a la verdad lo gozamos. No por el hecho de ir a hacer la compra. Más bien, fue por la cena que nos metimos a la nada conveniente hora de las 8 de la tarde. Y en esas estabamos, en la sobremesa, hablando de lo divino y lo humano cuando llamaron a nuestra puerta los Reyes Magos.

Ya sé que no estamos en enero.

Ya sé que los Reyes Magos eran de Oriente.

Ya sé que traían oro, incienso y mirra.

Ya sé que esto es Miami y no Belén.

Ya sé que viajaban en camello y no en coche.

Pero para nosotras los Reyes llegan en coche, en el mes de julio; son cubanos; viven en Miami y traen televisiones.

Juro que brincamos como dos niñas. Estabamos tan emocionadas que nos dieron las taitantas de la madrugada embobadas frente a ella.

Ely, Erick, gracias por prestarnos el televisor. ¡Sois unos Reyes Magos grandiosos!

viernes, julio 21, 2006

DOS DÍAS

¡Dos días!
Dos días largos y áridos como el Sáhara.
Dos días con la vista perdida en el hueco que nos dejó.
Dos días de recuerdos que no alcanzan para matar nuestro aburrimiento.
Dos días buscando el mando de su poder.
Dos días añorando el sonido de su voz.
Dos días alucinando con el espejismo de su ser.
Dos días deambulando de sillón en sillón.
Dos días sin ti.
Dos días con tu ausencia.
Dos días sin carta de ajuste.
¡Dos días sin TV!

miércoles, julio 12, 2006

PEPE, EL AMANTE EN EL BALCÓN



Una de la cosas que más llamó mi atención cuando llegué al Taller de Escritura, fue el gusto desmesurado que los profesores manifestaban por los amantes. No importaba que historia inventases. Por buena que fuese, si no había un amante por medio, estabas frito y la idea no valía un carajo. A mi todo esto me alucinaba. Siempre pensé que los amantes encajaban mejor en la comedia. El adúltero en la cama retozando con el susodicho. Llega el cornudo y alegría. Ya está el lío montado. Recoge la ropa, se esconde (por mi y por todos mis compañeros, y por mi el primero) y el infiel listo para ganar el Oscar al mejor intérprete ( a Dios pongo por testigo que no hay nadie más que tú).

Así andaba yo , embobalicada en mi mundo, cuando ví la luz. La revelación de toda mi confusión la encontré en el noticiero de las 11 de la noche. La gran bomba del día era la noticia de 4 mujeres que se peleaban por velar a su marido muerto. ¡El tipo era católico y tenía cuatro familias! Yo flipaba en colores. ¿Cómo rayos hacía el individuo para mantener a 4 mujeres con sus correspondientes churumbeles? ¿Y ellas, no se dieron cuenta de que algo raro pasaba?
¿Con quién de ellas pasaba la Navidad y demás fiestas señaladas? ¿ Con quién dormía? ¿Qué milonga les contaba para explicar sus idas y venidas? ¿Cómo fue qué ninguna de ellas supo de la existencia de las otras?...No, definitivamente, hay que estar hecho de una pasta muy especial para hacer eso. Es como no tener idea de torear, plantarse delante de un Miura y hacer una faena digna de las dos orejas y el rabo. No puedo dejar de imaginar al Pepe de turno en su corre que te corre diario. Le veo levantándose de la cama en la que le tocó cumplir y dormir aquella noche, riñiendo a los niños en el desayuno, largarse al trabajo, comer con la segunda del día y cumplirle(besos para los niños y la suegra), merendar con la tercera y cumplirle ( saludos a la suegra y besos a los niños) y llegar en la noche agotado de tanto trajín y cumplirle a la cuarta antes de caer rendido de la fatiga(Para entonces ya no hay suegra ni niños que valgan).
Se mire por donde se mire, tener un amante no es fácil. Tener dos, es como hacer malabares. Tres es de misión imposible y cuatro es de record Guinness.

Lo peor del caso es que para los hispanos, tener un amante es como tener un coche. Da caché y entretiene. Así que siguiendo los dictados de la moda, ellos practican el adulterio como si fuese el deporte nacional. El sexo adelgaza y es estupendo para la salud. Practíquenlo. Y luego, en la letra pequeña de lo que te venden, se puede leer: "se logran mejores resultados si se disfruta con el legítimo y con uno o más ilegítimos".

Mi credulidad ha llegado hasta el extremo de la curiosidad. Y mal que me pese reconocerlo, no puedo dejar de fijarme en los balcones. Tengo la esperanza de presenciar un pequeño sainete con el galán de turno en paños menores, sosteniendo sus pertenencias en el balcón mientras reza todo lo que sabe para no ser descubierto. Y mejor que no le cachen porque tal y como se las gastan por aquí, lo más probable es que acabe todo con una balacera y con cientos de policías.

Como decía la canción: "son las cosas de la vida, son las cosas del querer. No tienen fin ni principio. No tienen cómo ni por qué"

lunes, julio 10, 2006

MI PALABRA ES LEY.

Yo me crié con dos leyes inquebrantables.

La primera de ellas es la que yo llamo la Ley del Silencio. Me la inculcaron a golpe de tortazos mi hermana y su amiga de alma. ¡Y cómo culparlas! Pongámonos en sus zapatos un momento. Eran un par de adoslecentes que empezaban a tontear con chicos. Hasta aquí todo normal. Lo anormal en la ecuación era yo. Una niña de 6 años a la que tenían que arrastrar a todos lados. Para colmo de males , mi madre contribuía a mi particular calvario. Yo era su pequeño espía infiltrado y tenía que rendirle un promenorizado informe de todo lo acontecido lejos de su radar. Yo era sus ojos y sus oídos. Las primeras veces , canté como la bendita inocente que era. Después , opté por mentir en sus interrogatorios. Aquello me resultaba más beneficioso. Mi madre se quedaba contenta , mi hermana se sentía cubierta y yo me libraba de un par de cachetadas. La omertà funcionaba y yo vivía mi versión light del Padrino.

La segunda nos la enseñó mi padre. "La palabra es ley, y si se da , hay que cumplirla". Mis hermanos y yo crecimos bajo este imperativo. Irrespetar nuestra palabra , era la peor ofensa que podíamos verter sobre nuestro apellido. Era motivo de vergüenza y rechazo pues su quebranto , era lo mismo que escupir sobre nuestro linaje. Asi que cuando mi padre nos hacía empeñar la palabra , nos desvivíamos por cumplirla. Mi madre siempre recuerda cuando quisieron que repitiese curso. Estaba en octavo y había ido con ella a recoger las notas. Tres cates. Mi profesora le recomendó que repitiese curso. Yo permanecí muda , escuchándo todo lo que hablaban y cuando salí , le dije a mi madre que yo no iba a repetir. Ella trató de calmarme y me aseguró que no pasaba nada por eso. Entonces , en mitad de las escaleras que bajabamos , le di mi palabra de honor de que aprobaría en septiembre. Y lo cumplí.

Con los años , las dos leyes se han incrustado en mi como si fuesen parte de mi ADN. Las respeto escrupulosamente y me revienta que alguien me acuse de quebrantarlas. Es una de las peores ofensas que me pueden hacer.

sábado, julio 08, 2006

¿LOS ESPAÑOLES SOMOS INFIELES?



Desde que llegué a Miami hay una duda que me ronda la cabeza. ¿ Los españoles somos infieles? La impresión que yo tengo , me lleva a pensar que no somos muy dados a poner los cuernos a nuestras parejas. No digo que no haya quien practique la infidelidad. A lo que me refiero , es que no está entre nuestros hábitos culturales.

¿ Alguien me puede arrojar un poco de luz sobre la cuestión?

KEY WEST


Hoy empezó siendo un precioso día en Miami. Trás varios días de encierro , escribiendo como locas y maquinando historias con puntos de giro , causa-efecto y finales sorprendentes , nuestras cabezas no daban para más. Así que cuando comenzamos a soñar con medio día libre , nos lanzamos en picado sobre la guía turística. Y llegamos a Key West. En Key West comienza la Florida. Esto de por si , ya es una aventura , pero si además le añades que allí , está la casa de Hemingway...uff , me quedo sin palabras.
Madrugamos. A las siete y algo salimos de la casa. Sólo teníamos mediodía porque a las seis teniamos clase , el camino era largo y nuestro objetivo ambicioso.
Como suele ocurrir en estos casos , se nos hizo eterno llegar hasta Key West. Nos mataban las ansias. No sé cuántos cayos atravesamos. Perdí la cuenta.

Key West es distinto a los otros cayos. Es grande y un lugar fabuloso para disfrutar de un fin de semana. La casa de Hemingway está en el centro. Y francamente , es una experiencia que les recomiendo. La entrada nos costó 11dólares. Pero no te cobran semejante cifra por ver una casa.
Los encargados de venderte los tickects , guiarte por la casa y atenderte en la tienda de souvenires son unos abuelos de la tercerísima edad. Estos simpáticos abuelos , además de disfrutar de la compañía de los esporádicos turistas , gozan de los placeres de tener todo un zoológico dedicado , única y exclusivamente , a un animal : el gato. 46 gatos viven en esa casa. Todos censados y con su correspondiente identificación personal.
El resto de lo que queda por amortizar del billete de entrada , se va en la envidia terrible y mezquina que sientes al ver el estudio dónde escribía. Yo quiero uno así. Con vistas a un jardín así. Con una piscina así. Y sin una legión de gatos así.
Emocionadas , Lucía y yo nos dispusimos a regresar a Miami con renovadas energías. Nuestra siguiente clase del taller de escritura nos esperaba. Ibamos a regresar a tiempo para comer algo , descansar una media horita e irnos a clase , cuando nos ganó la banda sonora de nuestras tripas.
Ese fue el instante en que comenzó nuestra pequeña tortura. Paramos a comer y servidora , que para estas cosas no es nada sofisticada , se cargó su ortodoncia. Tarararán , tarararán. Ahí estaba yo , a un océano de mi dentista con los hierros colgando cual robot de ciencia ficción. Y con el pequeño inconveniente de que encontrar un odontólogo ortodentista es como encontrar una aguja en un pajar. Primero , tienes que encontar al mentado y luego averiguar dónde radica. Yo , vivo perpetuamente pérdida en Miami. Para no dormir a nadie , les diré que encontrar la dirección del buen hombre fue como dar 800.000 mil vueltas en tiovivo... La espera en la sala dió para una siesta...y el tráfico hasta el College fue como una peregrinación a Roma.

En fin , la vida no siempre sale como uno la planea.